martes, 18 de marzo de 2014

Sensaciones que me dan cuando leo a Alice Munro

Alice Munro es premio nobel de literatura de 2013.
No hace falta decir más, de hecho no puedo decir nada más de esta mujer sin echar mano de la wikipedia así que, pasando tres villages del tema.

Alice está de moda, porque escribe cojonudamente y porque es premio nobel. Si mi querido lector desea una opinión de su obra, llena de cultura,  hecha con criterio literario y de fiar...váyase a otro blog. Aquí se lee y se opina muy subjetivamente, sin atender a tendencias y sin formación literaria sólida, aquí no se citan trozos o frases de la obra por poseer memoria de pez y se tiene la manía de caer en generalidades y comentarios carentes de objetividad.

Acabo de terminar "Demasiada felicidad". Solo me he leído ese libro de esta autora y puedo afirmar que "una más Alice, te doy una oportunidad más y si no puede ser, no puede ser".
En este libro no es una escritora de alegrías, así que si algún canelo como yo se pilla el libro pensando que hace honor a su titulo  y que va a leer uno tras otro relatos de gente contenta y feliz, con vidas chulis, que lo deje estar, please.
Tampoco es trágica, es como si escribiese cuentos de personas mediocres a las que les pasa algo que se sale de lo normal, para terminar el relato en una especie de coitus interruptus literario.
La sensación que me da es que no terminas de despegar con sus personajes, porque son personas normales y tirando a aburridas.
Por otra parte, la lees y te maravilla la forma que tiene de explicar lo cotidiano. Las manías de sus protagonistas, sus pareceres, sus malentendidos...

Esta noche comenzaré "Amor, Etcétera" de Barnes (lo comentare en otro post) pero el siguiente, Alice, lo reservo para ti.


miércoles, 12 de marzo de 2014

El idioma universal

Tarde maravillosa en una plaza abarrotada de niños, bancos y madres.
En uno de esos bancos, dos madres y una abuela.
Algo trapichean, una de ellas le dice a otra, que no habla bien el castellano, que tiene ropa de bebé para dar.
El diálogo transcurre tal que así:
-Tengo ropa de bebé de 0 a 12 meses, de chico, si tuvieras alguna amiga que le interesa me lo dices y se la doy.
-Ah Gracias! yo preguntaré- dice con sonrisa de "de lo que has dicho, he entendido la mitad".
En este punto, la abuela considera que es su deber natural hacer de intérprete:
-Calla, calla, chiqueta, que no entiende muy bien el castellano, déjame a mi- y remangándose la chaqueta coge carrerilla y suelta:
-¡SEÑORA DECIR QUE SI QUERER ROPA, DECIR SI Y SI NO, NO!

La otra sigue sonriendo a lo "me cosco cero de lo que decís" y a la madre que da ropa de bebé le empieza a subir la risa floja, así que se despide con la excusa de que sus hijos se están tirando de punta cabeza por el tobogán.

Damas y caballeros, el idioma universal no es ni el esperanto, ni el inglés, ni el amor. El idioma universal es el infinitivo gritón.

martes, 11 de marzo de 2014

Porque es un muchacho excelente

Hoy cumples 36 años.
No te gusta nada este día. Te pasas 24 horas gruñendo, amenazando con devolver los regalos que te hago "porque están defectuosos" y suplicando al tiempo para que el reloj vaya más rápido.
Durante todo este día te sientes incómodo, te escabulles del teléfono y tuerces la boca en amagos de sonrisa cada vez que alguien que te conoce, te felicita.

Eres un troll.

Por suerte, a tus hijos y a mi, tu opinión sobre esto nos importa cero.
Te hemos preparado una tarta especial, llena de azúcar y galletas, y te cantaremos el cumpleaños feliz, tendrás que soplar dos velas con los números tres y seis, aguantar nuestros aplausos y nuestros ¡bieeeeeeeennn!, seguramente tendremos que encender y apagar las velas varias veces para que los chicos las soplen tambien y al final, parecerá que celebramos algo realmente suyo. Y, en realidad, eso celebramos: algo nuestro, porque no puedes evitar la ilusión que nos hace que nacieras tal día como hoy, hace 36 años. Que estés aquí, en este mismo instante, leyendo una entrada que fijo te emocionará y avergonzará a partes iguales, en el blog que pensaste que nunca leerías.
Seguramente me pedirás que la borre. Lo llevas claro.

Hoy cumples 36 años...¡¡Felicidades!!

domingo, 9 de marzo de 2014

Soy negActivista

Te levantas la mañana del día de tu boda, miras por la ventana y compruebas que ha llegado el Apocalipsis, que caen chuzos de punta, rayos y truenos y el mundo se ha convertido en un lodazal infecto.

Estás comiendo tan a gusto y se te cae el tenedor al suelo, compruebas distancia, llegas a la conclusión de que no puedes alcanzarlo con la mano, lo intentas con el pie y al final te tienes que levantar y agachar a recogerlo.

Te despiertas reventado de sueño y descubres que quedaban 10 minutos para que sonara la alarma.

Pierdes un autobús.

Te chocan por detrás.

Te sale un hijo furo.

Te aburres.

Te jode.

Te cabreas.

Te jode.

Si ahora mismo sientes ese joder en tu cuerpo es que eres negactivista. Bienvenido al club. Somos unos cuantos.

Si tu cerebro ha hecho un esfuerzo por ver el lado positivo de cada una de las situaciones arriba mencionadas, siento decir que quizás eres un postizo de tomo y lomo, de la tribu de los "iluminati" (si no has necesitado hacer esfuerzo alguno por ver lo guay de la vida, me quito el sombrero).

No busquéis negactivista en la RAE, no está. Esta absurdez de palabra me la inventé para este post y significa que a mi, lo que me jode, me jode. Sin filtros, sin rodeos.
No me gustan las expresiones "me molesta, me parece mal, I am disappointed " noooooo, asin no!!
No hay nada más bello, honesto y saludable para con uno mismo que permitirse ser un negactivista. Serlo no significa que la vida a través de nuestros ojos sea gris (eso sería ser negativo), significa que cada cosa, situación, conversación, observación que nos genera un sentimiento de los considerados negativos (cabreo, decepción, mala leche, pena, aburrimiento supremo) es bien recibida y aceptada tal cual.

Los negactivistas no disfrazamos el odio de "ligera molestia", no podemos, nuestras facciones no están diseñadas para ello, así como tampoco nuestras neuronas resistirían el esfuerzo de ver lo positivo de una situación sumamente mierdera.

Para un negactivista las cosas pasan porque pasan y punto, y si te pasa algo bueno hay que disfrutarlo a tope y si te pasa algo malo hay que protestar y desahogarse, se puede llorar y pensar "¡más me valdría haberme reventao!"

Conversación típica entre un negactivista y un "iluminati"
-Brrrrrr!! que frío hace
-¡Si, que bien!
-¿Bien? estamos a cero grados.
-Bueno, pero así sabremos apreciar mejor el verano.
-Yo ya aprecio el verano sin necesidad de pelarme de frío. 
-Yo es que he decidido disfrutar tanto del frío como del calor.
- ¡Ah ya! (y yo he decido que a partir de este momento mis conversaciones contigo serán banales y superfluas).

Otro ejemplo:
-¡Tenía una entrada para el concierto de los Rolling y no la encuentro!
-¡Qué mierda! ¡revuélvelo todo!, ¡mira en la basura!, ¡prende fuego a la casa!...¡saca la escopeta!
-No pasa nada, será que no tenía que ir. Hay que tomarse las cosas como vienen.

Y otro para finalizar:
-¡Mi hijo no ha obtenido la plaza en el fantástico colegio que deseábamos con todas nuestras fuerzas!
-¡Joder! estaréis enfadados ¿no?
-Un poco, pero bueno, será que debemos compartir a nuestro maravilloso niño con el resto del mundo.

Pero, pero, pero...¡¡Pero que me estas contandoooo!! lo más acojonante de esto es que las dos ultimas conversaciones están basadas en hechos reales.

En resumen, si un día aparezco con cara de "no es país para viejos" es que ese día toca eso. Por favor, no me obligues a ver el lado positivo de nada, ni me digas frases de calendario de autoayuda de los de "un día, una frase", ni me cites las bondades de una sonrisa sincera.

Déjame ser tan simple como una palanca.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Miedo a la oscuridad

Tener miedo sirve para seguir vivo. Si tienes miedo, te vuelves cauto, te "alertificas" para asegurarte de que ningún tigre dientes-de-sable te devora. El miedo te hace moverte hacia un sitio más seguro o te hace permanecer quieto para pasar desapercibido.

En esta explicación que me acabo de currar, a medio camino entre el sesudo análisis antropológico y el "lleva las bragas limpias por si acaso" de mi abuela, el miedo a la oscuridad es el que más me desconcierta.

Lo confieso, tengo miedo a la oscuridad, y no me refiero a "¡ugh!, enciende la luz que tengo miedo de darme un hostión con la puerta"; no, me refiero al miedo cerval de que en la oscuridad habitan seres monstruosos que se esconden bajo la cama o dentro del armario (o, lo que es peor, ¡en los dos sitios a la vez!) y fantasmas que están esperándome, agazapados en el hueco de la escalera, a que vaya al baño de madrugada.

Este miedo siempre está ahí, solo que algunas temporadas se aletarga. Reconozco que desde que soy madre se ha mitigado bastante, por eso de que vives las noches de otra manera, te despiertas más y aprendes a caminar en penumbras para no desvelar a nadie.

No obstante, por si algún miedoso como yo, cae por este sitio, aquí van las pequeñas reglas que me hacen más llevadero este miedo irracional:

- Nunca, y digo, NUNCA, apagues una luz sin haber encendido antes la siguiente.

- Antes de meterte en la cama asegúrate de que las puertas de los armarios están correctamente cerradas.

- Asegúrate también de que no hay ropas tiradas de cualquier manera sobre mesas o sillas. Una inocente montañita de ropa a la luz del día, puede convertirse en un hombre de cuencas vacías que te observa a los pies de la cama en cuanto se paga la luz y estás a punto de dormirte.

- No veas pelis de miedo antes de ir a dormir. Tu cerebro te recordará las imágenes más acojonantes cuando todo esté a oscuras y en silencio.

- En épocas de brote miedil, vete al chino, pilla una bombillita de enchufe para niños y repítete como un mantra que eso es algo temporal. Nadie tiene por qué saberlo.

-Tápate hasta el cuello. Por todos es sabido que a los monstruos les gusta cogerte de los brazos si los sacas por encima de la colcha.

-Si tienes niños que ya se pasan a tu habitación y hablan, pídeles que para despertarte te agiten un poco del hombro. No hay nada más espeluznante para los miedosos a la oscuridad que el susurro de un niño en mitad de la noche en plan "en ocasiones veo muertos".

Si eres miedoso de la oscuridad y has aterrizado aquí, por casualidad o no, alégrate. Ya no estás solo.

martes, 4 de marzo de 2014

El pequeño huno

Atila, rey de los hunos.
El azote de Dios.
Por donde pasaba Atila con su caballo, ya no crecía la hierba, pues dejaba tras de si un reguero de pánico y destrucción.

Atila murió hace cientos de años...pero volvió a reencarnarse.

Ahora vive en mi casa y pronto cumplirá dos años.

No hay nada los suficientemente inexpugnable para él, todo puede ser derruido, escalado, destrozado y saltado...a su debido tiempo. Solo tiene que esperar, paciente e inexorable, como la gota malaya.

domingo, 2 de marzo de 2014

Hay días para volar

Me levantaba sobre las 08:00, desayunaba un café con leche, me vestía y pitando, me iba al curro.

Fue hace una eternidad. Tenia otro curro, vivía en otra cuidad, iba a los sitios en bici, no me sobraban kilos y dormía las noches del tirón.

Aún con todo, no estaba muy contenta. Creo que el trabajo que tenía no me gustaba. Bueno...en realidad, lo odiaba.

Lo odiaba tanto que me daban nauseas. Una mañana de pedaleo al infierno, vi un pajarillo que saltaba en la calzada, rescatando con su pico migajas del suelo. Era un gorrión.
Me pareció un ser feliz, a gusto con su vida, trabajando desde hacía un par de horas, seguramente.
En esos momentos quise ser un gorrión. Quise ser ese gorrión.

Ese pensamiento lo tuve por primera vez hace ocho años y desde entonces, cada día que tengo que me resulta duro, o en temporadas en las que me cuesta sentirme contenta me imagino que soy un pajarillo que vuela.

A veces vuelo tanto que temo no regresar nunca a tierra.